martes, 31 de marzo de 2015

Esa noche de verano, de Óscar Ordóñez

A Lucas le encantaban los hoteles, pero sobre todo las habitaciones. Para él no era como para otras personas, para las que el hotel no era más que la habitación donde iban a pasar la noche, dándoles igual si era más grande, más pequeña o menos lujosa. A él le chiflaban los hoteles. Ya fuera por negocios o por placer, si el hotel...
(Extracto del libro)


Portada del libro "Esa noche de verano", de Óscar Ordóñez
Editorial: Autopublicación

Fecha de publicación: 2014

Páginas: 290

Precio: 3,56€ ebook

ASIN:
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En Amazon.


SINOPSIS
Lucas y Alejandra tienen una amistad muy estrecha durante su infancia. Las circunstancias llevan a Alejandra a tener que abandonar el país junto a su familia, por lo que pierde el contacto con su amigo. Tras muchos años, la casualidad vuelve a hacerlos coincidir. Ambos tendrán ahora que comprobar si pueden seguir manteniendo la amistad que tenían o han cambiado tanto al crecer que ya no es posible.


AUTOR
Óscar Ordóñez es un joven autor nacido en Madrid y residente actualmente en Londres. Después de dos antologías de relatos, Esa noche de verano es su primera incursión en la novela.


TRAS LA LECTURA
He dudado si escribir esta reseña o no. He pensado que, al ser negativa, y por ello de la empatía, quizás mejor guardarme para mí lo que he sentido al leer el libro. Pero entonces me he puesto en el lugar del autor y creo que me gustaría algo de sinceridad.

Cuando ponemos nuestro nombre en un libro, hemos de tener cuidado, porque el lector que se adentra en sus páginas se hace una idea de cómo escribimos o qué se puede encontrar en adelante asociado a ese autor. Y todo el mundo puede evolucionar e incluso cambiar de registro (Rowling ha pasado de escribir fantasía juvenil a literatura para adultos), pero sin duda tendemos a poner etiquetas. Y, en el caso de un primer trabajo, el cuidado debería ser máximo.

La novela que me ocupa es más bien un borrador que un producto final. Le faltan varios repasos y pulidos. Me he encontrado con muchas repeticiones de palabras, fallos ortográficos, comas mal puestas, diálogos mal escritos y poco fluídos, una maquetación deficiente, acotaciones innecesarias en diálogos y algunos pasajes, como el de "cariño, no es lo que parece" que es de risa por lo tópico de la frase. También hay un cambio de nombre por ahí que se ha colado.

La forma de narrar las cosas es casi periodística en el sentido de que cuenta al detalle lo que hacen los protagonistas, pero no de forma literaria (apenas hay comparaciones, metáforas, hipérboles o cualquier otro recurso estilístico), sino más bien son sucesiones de acontecimientos.

Se trata, en definitiva, de fallos que cualquiera que comienza a escribir tiene y que se trabajan en el proceso de aprendizaje y se pulen conforme se mejora. Sin embargo, aunque es algo muy común y normal, no es aceptable en un producto final que se pretende vender. No en algo en lo que esperas que un lector ponga su tiempo y su dinero. En mi caso, cuando iba por el quince por ciento de lectura ya pensaba en abandonarla y, si he seguido, ha sido para darle una oportunidad sincera al libro (quizás me sorprendiera con su historia o mejorase más adelante), y también para poder opinar sin haberlo dejado a medias.

Lo bueno es que tiene un principio bonito y un final emotivo que, con mucho trabajo, repaso y pulido, pueden dar de sí y convertirse en algo mejor. 

Por lo que vengo diciendo, no recomiendo su lectura en absoluto.

martes, 24 de marzo de 2015

Las ventajas de ser un marginado, de Stephen Chbosky

Si escuchas la canción Asleep, y piensas en esos días en los que hace un tiempo precioso que te hace recordar cosas, y en los ojos más preciosos que has visto jamás, y lloras, y esa persona te devuelve el abrazo, entonces creo que te haces una idea de cómo es la fotografía.


Portada del libro "Las ventajas de ser un marginado", de Stephen Chbosky

Editorial: Alfaguara

Fecha de publicación: 2012

Páginas: 264

ISBN: 9788420403540

Precio: 14,5€ paper-book/7,99€ e-book




SINOPSIS
Charlie comienza el primer año de instituto y está algo nervioso, porque no tiene amigos, desde que Michael se suicidara hace unos meses. En el libro, Charlie nos contará cómo es su día a día.


AUTOR
Stephen Chbosky nació en EEUU y es escritor, guionista y director. Las ventajas de ser un marginado supuso un éxito tras su publicación en 1999, situándose en las listas de los más vendidos. En 2012 se estrenó la película basada en el libro y con guión del propio Stephen, que fue nominado a "Mejor Guión Adaptado", en los premios del Sindicato de Guionistas de 2013.


TRAS LA LECTURA
Este libro nos cuenta la historia del primer año de instituto de Charlie, un chico algo peculiar y un tanto especial. Podríamos decir que es un "marginado", tal y como reza el título. Sin embargo, no es un marginado al estilo empollón al que nadie quiere hablar, o un cerebrito asocial. Es más bien un poco raro.

En el libro, Charlie toma la palabra en primera persona y en forma epistolar. Todo son una sucesión de cartas que el chico envía dirigidas a un "querido amigo", y que empieza a escribir porque está ante el comienzo del primer año de instituto y, desde que su amigo muriese, se siente solo y nervioso por lo que viene.

En sus cartas, Charlie cuenta con pormenores lo que va viviendo y lo que piensa sobre lo que vive o las personas que conoce. Las amistades que hace en el instituto, su relación con su familia y con algún profesor. Lo bueno de este libro es que la familia del chico es completamente normal. No tira del tópico de un padre alcohólico o unos padres separados. Y, aunque hay alguna sorpresa en el libro, para cuando la descubrimos, entendemos que Charlie es como es, sin más.

En su lenguaje, podemos pensar a veces que es bastante infantil o atontado. Que a veces le falta un hervor y que no es posible que alguien sea tan inocente. Sin embargo, según leía, me he dado cuenta de que Charlie es bueno, sin más. Es una de esas personas que, aún viendo las cosas malas de la vida y dándose cuenta de ellas, él es bueno y actúa en consecuencia. Se alegra por lo bueno de sus amigos y no siente envidia, intenta ayudar si así lo cree, sin esperar nada a cambio, y es capaz de poner los intereses ajenos por delante de los suyos. Si cualquiera, leyendo esto, piensa que es tonto, mal vamos en este mundo.

Aunque también hay espacio en el libro para estas reflexiones, para si eso es lo correcto o, por el contrario, es mejor pensar cada uno en lo suyo. También se debate sobre la vida y la muerte, las relaciones interpersonales, cómo no, y la importancia de lo que vivimos, de lo relativo o no de las cosas, de la familia, esas personas con las que los lazos de sangre nos obligan a convivir a pesar de que, en otras circunstancias seguramente algunos no llegarían a ser ni una simple amistad. También habla del autoconocimiento, de literatura y, tangencialmente, de lo perdidos que estamos todos, seamos adultos o niños.

A medida que lees sobre Charlie te gusta conocer más de él, de lo que le pasa en el grupo de amigos que logra hacer, y de su forma de ver las cosas. De cómo vuelca sus pensamientos un poco al aire, a veces de forma inconexa, otras relacionado con lo que vive con ellos. Se llega a lograr empatía con el personaje y con algún otro de los que salen porque, al fin y al cabo, la lucha del chico por salir adelante nos recuerda o nos hace sentir identificados con la nuestra propia, o con la de sus amigos. Lo hayamos dejado ya atrás o estemos pasando por ello en el momento de la lectura.

¿Recomendable? Sí. Te hace reflexionar con una sonrisa, y los personajes son vivos y creíbles. Toman forma y cuerpo en nuestra mente. Es una buena lectura, ya sea para recordar algunas experiencias que vivimos o para entender, si las estamos viviendo, que no somos los únicos a los que las situaciones superan a veces.

miércoles, 18 de marzo de 2015

Relicario para insomnes, de José Luis Cantos

Llegó a su apartamento y le pareció inabarcable, un desierto gigantesco en el que morir.
Solo.

Portada del libro "Relicario para insomnes", de José Luis Cantos

Editorial: Saco de Huesos
  
Fecha de publicación: 2014 

Páginas: 166

Precio: 14€ 

¿Dónde comprarlo? Editorial, Cyberdark


AUTOR
José Luis Cantos es un escritor español nacido en Murcia. Desde 2008 lleva publicando relatos en varias antologías como KarmaSensual, Crónicas de la Marca del Este I y II (Holocubierta), Antología Z, Vol. IV y VI (Dolmen editorial), Calabazas en el trastero (Saco de Huesos) y Epic (Tyrannosaurus books), entre otras.
El ojo en la cerradura (Ediciones del Cruciforme) fue su primera publicación en solitario, a la que ha seguido Relicario para insomnes.


TRAS LA LECTURA
Una vez terminado el libro, me queda la sensación de que sus páginas son la segunda parte de El ojo en la cerradura. Es como si las historias que se insinuaban entonces ahora se contaran, con más espacio para recrearse y desarrollar el argumento. Ha aumentado la extensión de la narrativa, pero el cuidado por la palabra sigue intacto. Si entonces admiraba la colección de microrrelatos, ahora lo hago con la de relatos.

Hay algunas historias que me gustan más y otras menos. Pero incluso en estas últimas se puede observar el mimo y el cuidado que hay en la construcción de las frases. Algunas de ellas son para pararse, releerlas y admirar la mano del autor.
Un poco de cada relato:


Insomnio, a través de su protagonista, nos relata a la perfección las sensaciones que se tienen cuando dormir es imposible. Incluso los intentos por cansar al cuerpo durante el día para que sucumba a la noche. El final del relato es, simplemente sorpresivo y muy inquietante.

Ella relata la obsesión de un hombre por la mujer con la que comparte cama cada semana. Muy bien construido, te lleva de la mano hasta un final que, aunque sospechaba algo, ha conseguido sorprenderme de nuevo.

Larvae nos lleva a la villa campestre de un hombre de oficina, que disfruta de sus fines de semana alejados del estrés. Aunque he disfrutado el desarrollo, el final de este relato, no ha terminado de gustarme demasiado, quizás es algo apresurado.

Naraka es una historia que hace pensar sobre el paso del tiempo y sobre el aprovechamiento que hacemos de él. Sobre nuestros miedos y cómo afectan a las relaciones interpersonales. Me ha gustado mucho leerlo.

Hannah es una historia de apocalipsis zombi. Consigue transmitir angustia, cierta empatía por el protagonista y desprecio hacia algunos secundarios. Un relato bien construido que consigue llegar al lector.

La deuda es un relato...educativo. A ver quién tiene lo que hay que tener después de leerlo para no llevar una buena higiene bucal. Opresivo y bien llevado desde la primera a la última página.

Punto de inflexión es un relato en primera persona que empieza con la ruptura de una pareja y nos cuenta la motivación y el desenlace de todo. Reconozco que es original, pero no he llegado a conectar con el final de la historia. Aunque tiene algunas frases buenísimas que me ha hecho releerlas.

Espina de Cristo me parece un relato magnífico. Un reencuentro con el pasado lleno de metáforas y comparaciones que, una vez más, te hace pararte a releer para disfrutar de cómo se cuenta la historia. Un entierro con algún elemento y algún personaje perturbador, que juega al despiste y lo consigue.

Érica tiene similitudes a un hecho real que recuerdo y que pone los pelos de punta. Excelente la forma de contarlo, de nuevo con frases buenísimas. Imposible no sentirse empático con la mujer protagonista, y muy bien tratado el personaje masculino, dotado al inicio de una cotidianidad espeluznante.

Solitud de Adán vuelve a retomar la temática de un apocalipsis zombi. En esta ocasión, la singularidad del protagonista lleva de la mano a un relato que va creciendo a medida que crece nuestra percepción de la psique del personaje.

La duda es corto pero intenso. Muestra a una persona al borde del abismo personal y a un Dios, que sin llegar a aparecer, se vislumbra de forma muy irónica. De nuevo, el relato logra transmitir la pesadumbre del personaje hasta hacerla palpable.

Eve es crudeza pura. Un relato sobre monstruos que nos recuerda la delgada línea entre el mundo imaginario y el real. Los monstruos nos dan los buenos días cada mañana. Sobrecogedor.

La voz del pasado es corto y emotivo. De esos relatos que se leen para después dedicarles un rato al qué pasó y cómo fue todo, a sentir empatía por el personaje principal y sus circunstancias.

Naturaleza uno comienza como la historia de un cazador nocturno de pubs para luego tomar un giro peculiar. La historia no es de mis favoritas, pero he disfrutado leyéndolo.

Salomé da una visión de aquella mujer que pidió en bandeja la cabeza del profeta. Resulta espeluznante la descripción de Salomé que se da entre sus páginas.

El puzzle Haarmann, inspirado en un asesino real, es un relato bastante crudo que describe el modus operandi del personaje, mostrando también rasgos de su infancia y su final, juzgado y condenado. El relato, que no ahorra detalles, llega a provocar verdadera repulsión hacia el asesino.

Emparedando el recuerdo nos mete en la vida psicótica de otro asesino real. Es otro relato intimista, quizás más que el anterior, en el que la locura del personaje impregna los pasajes hasta el final, que deja intuir lo que sucede después.

Anónimo es un ejercicio de ponerse en la piel del otro, de imaginar cómo siente y cómo piensa otra persona cualquiera, a la que podemos ver un día cualquiera, haciendo una actividad cualquiera. La lectura nos regala buenas frases y un regusto a melancolía al terminar.

El rey de los insomnes a pesar de su atmósfera oscura, me ha resultado un relato bonito. Una visión distinta y original del mundo de los artistas y los creadores. Muy buen cierre de antología, que completa el círculo con el título y el relato que abría el libro.


En definitiva: una antología muy sólida y que mantiene una alta calidad en sus relatos que, muchos de ellos, consiguen provocar sensaciones y se quedan en el recuerdo. Merece darle una oportunidad y prestar atención a lo próximo que salga de la mano de José Luis Cantos.

jueves, 12 de marzo de 2015

La evacuación, de Carlos Almira

Entonces se produjo la escena que ya hemos descrito: un hombre grueso, corpulento, interrogaba a un muchacho que no apartaba la vista de la puerta, donde se apostaba El Monstruo con algo que parecía un fusible fundido, y un trozo de cable quemado en la mano.


Portada del libro "La evacuación", de Carlos Almira

Editorial: Nowevolution
 
Fecha de publicación: 2010
 
Páginas: 208
 
ISBN: 978-84-938266-8-0
 
Precio: 15,25€ paper-book/0,99€ e-book



SINOPSIS
La historia comienza con la visita de un inspector a un instituto de pueblo. Esta situación tan cotidiana, nos hará conocer a algunos de los pobladores del instituto, como el director, el conserje, alumnos y la realidad en la que conviven en el centro educativo.



AUTOR (mini biografía extraída de Anika entre Libros)
Carlos Almira es doctor en Historia. Ha publicado Issa Nobunaga (2009) y La evacuación (2010), ambas con la editorial Nowevolution.


TRAS LA LECTURA
Compré este libro porque se vendía como una historia humorística que a la vez tenía crítica hacia el sistema educativo y, además, con conocimiento interno de ese sistema educativo por parte de su autor. Tengo que decir La evacuación me ha decepcionado.

Es cierto que las novelas de humor y yo nos llevamos bien rara vez, pues suelo encontrar el humor como algo forzado y no como algo natural. El problema en este caso ha sido que  no he encontrado humor. Por ningún sitio.

Cuando uno encara una lectura humorística, espera algo ligero y dinámico, que te haga sonreír desde el primer capítulo, que quizás tenga altibajos, pero que tenga un tono de comedia o quizás de humor irónico y, a ser posible, que te haga soltar la carcajada mínimo una vez. Hasta ahí lo que esperaba. Ahora lo que he encontrado.

Al empezar me encontré con un estilo en el que el autor se nota que conoce y maneja bien el vocabulario, pero que opta por un estilo recargado, primando mucho las descripciones por encima de la acción en sí. El problema es que la mayoría es relleno. Son descripciones o escenas que no ayudan a ambientar, sino que ralentizan en exceso y no nos dan información que sirva realmente. Hay escenas en las que un personaje imagina algo y que llenan más de medio capítulo. En algunos capítulos, además, el estilo no acompaña al personaje. No se hace creíble que Jennifer (capítulo décimo primero), a la que se presenta básicamente como a una "choni" que está o bien fumando porros o relacionándose con su chico, piense así: "La mayoría de la gente vivía para rellenarse, tejiendo su propia mortaja paciente y soñadoramente; a lo largo de años grises que se deslizaban, tras el señuelo del éxito, hacia la muerte. Su Tabu, por el contrario, había sido hecho de una sola pieza, de una vez para siempre, como la muerte misma". Esos pensamientos quedan algo grandes para un personaje así.

Por ejemplo, los tres primeros capítulos, que son un 17% del libro (según mi e-reader), son para contar que el bedel del instituto ha pillado a un chico haciendo una trastada y lo lleva al despacho del director. Una vez allí, llega un inspector que interrumpe la reunión, situación que el chico aprovecha para escapar y el bedel para perseguirlo. Luego, director e inspector se miran uno a otro sumidos en sus pensamientos. Ya está. No hay más. Párrafos y párrafos se suceden para contar esto. Y no hay chistes, gags ni gracia alguna.

He pensado varias veces en abandonar la lectura, ya que hay muchos libros por leer y este no me estaba gustando nada. Si no lo hice fue porque tenía la esperanza de que la cosa mejorase y, también, porque no quería reseñar algo que no me hubiera leído completamente.

¿Mejora la cosa? No. La historia avanza desde el realismo hasta una fantasía esperpéntica en la que todo se llena de mierda (sí, literalmente), que tomo como una analogía crítica y ácida que ha querido hacer el autor hacia el sistema educativo. Sin embargo, los capítulos se han sucedido sin conseguir sacarme una sonrisa siquiera. Cada uno centrado en un personaje, cada uno lleno de ese relleno que me hacía pensar que me estaban tomando el pelo. Hasta que llegué al capítulo noveno. 

¿Y qué hay en este capítulo? Algo incomprensible y que rompe la monotonía para empeorar el conjunto. De repente el autor cambia el estilo e introduce un capítulo escrito casi en un pseudolenguaje compuesto por localismos que, si bien incluye un apéndice con todos los términos, rompe mucho el ritmo de la lectura tener que estar buscando palabras en cada frase. Y es incomprensible, porque si todo el libro estuviese en ese tono, tendría su sentido, pero no lo tiene el meter un capítulo en mitad de todos escrito así, por mucho que el personaje que se presente, tenga esa forma de hablar (una cosa es meter la forma de hablar en los diálogos, y otra hacer toda la narración -que no es en primera persona- con ese estilo). Además, el personaje introducido, no aporta apenas nada nuevo a la acción principal. El capítulo deja la sensación de ser absolutamente de relleno.

¿El final? nada destacable y, a esas alturas de la lectura, nada que pudiera remontar la mala sensación que llevaba tras haber leído todo lo anterior. Lo único bueno es que sabía que terminaba el libro y me podía poner con otro.

¿Lo recomiendo? Absolutamente no. Me ha aburrido, no me ha hecho sonreír ni una vez y tiene un estilo que no le favorece para nada. La crítica al sistema educativo se centra en las personas y es crítica también a la degeneración de la sociedad llevada al extremo (resulta demasiado catastrofista, no creo que todo sea tan malo). Tampoco propone nada nuevo ni nada para mejorar (hubiera sido un punto positivo). Siento que esta compra ha sido una mala inversión como las que no recuerdo hace tiempo.

Otras reseñas:

martes, 3 de marzo de 2015

Melocotón loco, de Megan Maxwell

Al día siguiente, Calvin, el hombre con nombre de calzoncillos, llamó, pero ni Ana ni él consiguieron que la bruta de Nekane entrara en razón. Finalmente, Ana le aconsejó distancia y tiempo.


Portada del libro "Melocotón loco", de Megan Maxwell

Editorial: Planeta

Fecha de publicación: 2014

Páginas: 440

ISBN: 9788408039068

Precio: 14,9€ edición en papel / 9,99€ edición ebook



SINOPSIS
Ana Elizabeth procede de una familia adinerada afincada en Londres. Después de una mala experiencia con su pareja, la chica decide romper con todo y marcharse a España para intentar trabajar como fotógrafa. Una vez allí, conoce a Rodrigo, un bombero que acude a sofocar el fuego que se da en su bloque de pisos. La chica enseguida quedará prendada de Rodrigo, con el que pronto entablará una amistad llena de encontronazos, disputas, malentendidos, acercamientos y alejamientos.


AUTORA
Megan Maxwell es una reconocida autora de género romántico. Ha publicado novelas como Te lo dije (2009), Deseo concedido (2010), Fue un beso tonto (2010), Las ranas también se enamoran (2011), Los príncipes azules también destiñen (2012), Pídeme lo que quieras (2012), además de cuentos y relatos en antologías colectivas. Ha ganado diversos premios, como el Internacional Seseña de Novela Romántica, entre otros.


TRAS LA LECTURA
Melocotón loco es un libro que se me ha hecho pesado. Vaya por delante que no es del tipo de lectura que, a priori, me guste ni me entusiasme. No es un género que disfrute especialmente. ¿Por qué leerlo entonces? Porque para opinar sobre algo hay que acercarse a ello.

He de reconocerle que tiene algunas situaciones graciosas, y algún gag y personaje que dan juego. Es el caso de Encarna, la vecina de las chicas, que aporta humor con sus "momentos rosquillas" y sus azoramientos al ver a los bomberos. Sin embargo, otras situaciones que están ahí para dar un toque gracioso (como los desmayos de la madre de Ana), se explotan demasiado, de tal forma que a la tercera vez ya deja de hacer gracia.

Un elemento muy importante en la historia es la tensión sexual no resuelta entre los protagonistas, el ver si se lían o no y, una vez que se han liado, ver si repiten, si sienten más, si terminarán siendo pareja o no. El problema es que el final se ve venir desde los primeros capítulos. Para lo único que leemos es para ver cómo se enfadan y desenfadan, pero sabiendo cómo terminará todo. Si el final hubiera sido otro, seguramente me habría sorprendido gratamente.

Pero es que los personajes en sí mismos, están planteados para que sean tal para cual. Ambos provienen de unas familias que tienen el dinero por castigo, ambos ocultan sus procedencias a los demás y se buscan un futuro muy distinto al esperado por sus entornos, y reniegan en cierto modo del camino fácil. Además, en sus familias se dan reacciones muy similares al principio: ninguna quiere al otro por considerarlo de una capa social mucho más baja (dónde va mi niña con un simple bombero/dónde va mi niño con una simple fotógrafa).

Sus comportamientos tampoco me parecen normales. Juegan en ocasiones a ser muy maduros, otras son como adolescentes. Hechos que se producen en alternancia: cuando uno decide ser maduro, la otra se comporta como una niña, cuando él se comporta como un idiota, ella ahora va de madura. Está claro que al final tendrán que converger en un punto en común, que alguno tendrá que ceder y olvidar el daño que se han estado haciendo durante todo el libro (quizás es la moraleja que se nos quiere transmitir). En cualquier caso, no me han terminado de llegar. Los secundarios tampoco. La relación de la mejor amiga de ella y del mejor amigo de él, da, de repente, un giro que nadie se espera y que no es creíble.

¿Recomendable? Sinceramente, sin gustarme demasiado tampoco, prefiero La gente feliz lee y toma café a esta lectura que, para que la considerase mejor, tendría que haber sido más corta. Le reconozco algunos momentos divertidos, pero le sobran páginas para acabar con un final que se esperaba desde el principio.