Catorce años. Un chico escuálido, hombros tan descarnados como una percha. Pinta rara. Ni cejas ni pelo. La cara como una patata pelada.
Editorial: SUMAdeletras
Fecha de publicación: 09/02/2009
Nº páginas: 314
ISBN: 978-84-8365-043-1
Precio: 17.00€ (yo lo he conseguido de saldo por 5.95€)
SINOPSIS
Donald Delpe vive en Londres, tiene 14 años, un padre, una madre, un hermano mayor y una leucemia bastante grave. Sus padres lo animan constantemente e intentan llevar (delante de él) todo con la mayor normalidad que pueden. Cualquier pequeña noticia positiva es una fiesta para ellos y toda su preocupación es la recuperación de su hijo.
En cuanto a Donald, él mismo se ve, y poco a poco asume que cada vez está peor, lo que no le impide seguir siendo un adolescente y pensar (casi) todo el día en lo que un chico de su edad (bueno, creo que los hombres da igual la edad que tengan para pensar todo el día en...xD). Ya le va importando 3 mier... 3 narices el recuperarse o no, pues piensa que no lo va a conseguir. Lo que le molesta (y mucho) es que tiene 14 años y va a morir siendo virgen. No lo considera justo. No lo es irse de la vida perdiéndose muchas de sus experiencias, pero desde luego, perderse esa es muy injusto para él.
AUTOR
Anthony McCarten nació en 1961 en Nueva Zelanda. Es director de cine, novelista y dramaturgo. Su primera novela, Spinners (1998), obtuvo muy buena crítica y fue traducida a varios idiomas y votada como una de las diez mejores novelas del año 2000 por los lectores de Esquirre. Bien se podría llamar Juan Palomo, pues este autor es aficionado a adaptar sus propias novelas a guiones y luego dirigir las películas. Eso hizo con su siguiente novela, The english Harem (2005), que terminó siendo un telefilme de gran éxito, al igual que la adaptación cinematográfica de su novela Via Satellite, que se estrenó en el Festival de Cannes en 1999.
Como dramaturgo ha escrito doce piezas teatrales, destacando su éxito conseguido con Ladie´s Night, que obtuvo los premios Molière y Meilleure Pièce Comique en 2001.
Y si…sé lo que estáis pensando. También hubo adaptación al cine de este libro (aunque la película no llegó a España – o al menos no que yo sepa).
MI OPINIÓN
Donald y Adrian. El paciente y el psicólogo son en sí una peculiaridad. Donald ya lo es por sí sólo, por su forma de ser, por su carácter, porque muchas veces parece el más adulto de los que le rodean. Asume su situación aunque no termina de aceptarla, si le pintan las cosas de color de rosa no tiene reparos en decirle a quien sea que está hablando gilipolleces, pues él se ve y sabe que no está bien. Adrian empieza soso, en plan psicólogo típico, pero es cuando deja de lado la teoría y se pone a intentar acercarse más a su paciente cuando la mezcla gana enteros. Se baja al nivel del chico si tiene que hacerlo y aguanta estoicamente las pullas de Donald sabiendo ver su madurez y su inteligencia. Es una relación entre ambos muy bien llevada por el autor en la que cada uno aprende del otro e incorpora los elementos que no tiene. Adrian tiene una visión adulta y calmada de las cosas, pero es un inocente en muchas cosas; Donald le hace ser más agresivo cuando ha de serlo, le enseña a ver la vida sin tanto conformismo a la par que aprende de su psicólogo a no ver todo tan a la tremenda. Genial estos dos aportándose el uno al otro.