¿Sabéis quién es Martin Scorsese? Seguro que si. Pues está indirectamente relacionado con este libro.
¿Y sabéis quién es Georges Méliès?
No vamos muy bien de culturilla general, ¿o si?
Bueeeno, el señor Méliès es uno de los pioneros del cine, de los primeros en hacer películas. De hecho llegó a hacer más de quinientas e inventó cosas como el fundido a negro y desde negro y algunos otros trucos que fueron incorporándose al séptimo arte.
Y además...es un personaje de este peculiar libro. La Invención de Hugo Cabret es una novela de más de quinientas páginas que se lee y se ve en unas cuantas horas.
Editorial: Ediciones SM
Fecha de publicación: 2007
Páginas: 534
ISBN: 9788467520446
Precio: 21,35€
SINOPSIS
Ambientada en Francia en el siglo XIX, Trata de un niño de unos doce o trece años que por circunstancias queda al cargo del mantenimiento de todos los relojes de una estación de ferrocarril y que tiene una especial predilección por las tuercas, tornillos, ruedas dentadas y toda esa maquinaria de los relojes y los autómatas. La peculiaridad es que ha de mantener en secreto su vida entre los relojes, pues es huérfano y no quiere que lo lleven a un orfanato, pero tiene una obsesión por descubrir un mensaje que piensa que le dejó su difunto padre, y durante una de sus escapadas para obtener material es descubierto por una joven de su edad y por un viejo juguetero con un humor bastante agrio.
AUTOR
Nacido en East Brunswick, Nueva Jersey, Brian Selznick se graduó en la Escuela de Diseño de Rhode Island. Con su primer libro, The Houdini Box, obtuvo una notable repercusión entre la crítica y el público, así como dos premios, el Texas Bluebonnet y el Rhode Island de literatura infantil.
Sus trabajos en The Dinosaurs of Waterhouse Hawkins, Walt Whitman: Words for America y en Amelia and Eleanor Go for a Ride también le valieron numerosas distinciones, entre ellas la Caldecott Honor, el ALA Notable Book y el Booksense Honor Book.
Sus trabajos en The Dinosaurs of Waterhouse Hawkins, Walt Whitman: Words for America y en Amelia and Eleanor Go for a Ride también le valieron numerosas distinciones, entre ellas la Caldecott Honor, el ALA Notable Book y el Booksense Honor Book.
Selznick reconoce que encontró la inspiración para crear el mundo de Hugo Cabret después de leer Edison’s Eve: A Magical History of the Quest for Mechanical Life, de Gaby Wood, texto que, en palabras del propio Selznick, “contaba la verdadera historia de unos complejos autómatas a cuerda que fueron donados a un museo de París. La colección fue abandonada en un ático destartalado y, eventualmente, se tiró a la basura. Me imaginé a un chico encontrándose con máquinas rotas y oxidadas y, en ese preciso instante, nacieron Hugo y su historia”.
TRAS LA LECTURA
Antes dije “se lee y se ve” y dije bien. Un elemento básico y muy importante en esta historia es la gran cantidad de ilustraciones que contiene el libro.
Los dibujos son de una calidad buenísima, todos en blanco y negro y parece que hechos a carboncillo o con lápiz, con un estilo que a veces semejan bocetos y otras dibujos perfectamente acabados...quizás en un punto medio muchos de ellos.
Lo realmente destacable es que no son dibujos de acompañamiento sin más, sino que los dibujos forman parte de la historia.
Repito para despistados: Los dibujos forman parte de la historia. Bonita cara se os queda xD
Lo que quiere decir eso es que hay partes que son narradas, y otras partes son directamente visuales. No dibujos de acompañamiento, sino dibujos que siguen contando la historia, entremezclándose con las letras ¿pero es un cómic? ¡No! Nada de cómics, los dibujos no tienen letras ni “bocadillos” donde los personajes hablen, simplemente son una especie de escenas en las que las cosas pasan. Recuerdo por ejemplo, una parte de la historia que corresponde a una persecución, en la que las letras dejan paso a los dibujos para contarnos todas las carreras que se dan los personajes en ella, y que luego se retoma con las letras al final de la persecución. Pues en cada capítulo, una parte se nos cuenta de forma visual, siendo así mucho más fácil meterse dentro del libro e imaginarse todo. Es en mi opinión una forma de meter al lector de lleno en la ambientación de la novela. Además, los dibujos son maravillas.
La historia está muy bien narrada, el lenguaje del libro es muy claro y el estilo es directo y cuidado, sin hacer falta demasiada descripción pues las imágenes se encargan de que nos metamos de lleno en los paisajes y en las situaciones. Los capítulos cortos hacen la lectura ligera y para nada aburrida. Además, la historia está contada de forma que las piezas comienzan a encajar unas con otras pero sin que el lector tenga ni idea de qué está pasando. Es decir, se ven relaciones entre personajes y objetos pero no se revela nada hasta el final, lo cual aumenta el misterio del hilo argumental.
Los dibujos son de una calidad buenísima, todos en blanco y negro y parece que hechos a carboncillo o con lápiz, con un estilo que a veces semejan bocetos y otras dibujos perfectamente acabados...quizás en un punto medio muchos de ellos.
Lo realmente destacable es que no son dibujos de acompañamiento sin más, sino que los dibujos forman parte de la historia.
Repito para despistados: Los dibujos forman parte de la historia. Bonita cara se os queda xD
Lo que quiere decir eso es que hay partes que son narradas, y otras partes son directamente visuales. No dibujos de acompañamiento, sino dibujos que siguen contando la historia, entremezclándose con las letras ¿pero es un cómic? ¡No! Nada de cómics, los dibujos no tienen letras ni “bocadillos” donde los personajes hablen, simplemente son una especie de escenas en las que las cosas pasan. Recuerdo por ejemplo, una parte de la historia que corresponde a una persecución, en la que las letras dejan paso a los dibujos para contarnos todas las carreras que se dan los personajes en ella, y que luego se retoma con las letras al final de la persecución. Pues en cada capítulo, una parte se nos cuenta de forma visual, siendo así mucho más fácil meterse dentro del libro e imaginarse todo. Es en mi opinión una forma de meter al lector de lleno en la ambientación de la novela. Además, los dibujos son maravillas.
La historia está muy bien narrada, el lenguaje del libro es muy claro y el estilo es directo y cuidado, sin hacer falta demasiada descripción pues las imágenes se encargan de que nos metamos de lleno en los paisajes y en las situaciones. Los capítulos cortos hacen la lectura ligera y para nada aburrida. Además, la historia está contada de forma que las piezas comienzan a encajar unas con otras pero sin que el lector tenga ni idea de qué está pasando. Es decir, se ven relaciones entre personajes y objetos pero no se revela nada hasta el final, lo cual aumenta el misterio del hilo argumental.