domingo, 3 de noviembre de 2019

Historias color tierra, de Kim Dong-Hwa

Comprendo de sobra el corazón ardiente de la mujer que, por no poder retenerme, pone un zapato hacia fuera y, por no dejar que me vaya, pone otro hacia dentro.

Portada del cómic "Historias color tierra", de Kim Dong-Hwa

Editorial: Planeta

Fecha de publicación: 2008-2009

Páginas: 310 cada tomo

Precio: 16,95€ cada tomo

Nº de tomos: 3




¿DE QUÉ VA?
Ihwa vive con su madre en un pequeño pueblo de Corea. A raíz de la muerte del padre, madre e hija establecen un fuerte vínculo. Ambas comparten sus vivencias cotidianas y, a medida que pasa el tiempo, la madre observa cómo su hija se hace mayor y deja la niñez para entrar en la adolescencia.


¿QUIÉN ES EL AUTOR?
Kim Dong-Hwa es un autor de cómic coreano muy reconocido dentro y fuera de su país. En España se han editado sus obras Historias color tierra (2008-2009) y La bicicleta roja (2009).


¿QUÉ ME HA PARECIDO?
Tomo 1. Concluído el tomo uno debo decir que es una historia preciosa. Desde la sencillez de un trazo sin demasiadas florituras pero regalando a veces unos fondos espectaculares, el autor nos trae a la cotidianidad de una aldea desde el punto de vista de Ihwa, una niña que está entrando en la adolescencia.

Dibujo del cómic "Historias color tierra", de Kim Dong-HwaLa relación de Ihwa con su madre va variando conforme la niña va creciendo y la madre, que es viuda, va compartiendo cada vez más cosas sobre la vida y las mujeres con su hija. Ambas viven una situación difícil. La pequeña, por la falta de un referente paterno y por tantos cambios como se le vienen encima; la madre, por tener que atender la taberna de la aldea y aguantar a los borrachos y sus bromas pesadas, al tiempo que ha de cuidar y criar sola a su pequeña.

El autor se basa en metáforas con elementos de la naturaleza como las flores o la lluvia para comparar a las protagonistas y su desarrollo, sus anhelos e incluso sus amores. Pero aunque parezca una obra totalmente inocente y naïf, que sí que tiene su toque (la protagonista es una niña con su visión inocente del mundo), también hay elementos crueles que se presentan. Como la forma en que los demás se ríen de Ihwa y su madre o las bromas pesadas de los borrachos de la taberna y las habladurías de todos con la madre por ser una mujer viuda.

Tomo 2. Este tomo sigue la línea del anterior. La relación entre madre e hija sigue trayendo momentos de confesiones entre las dos mujeres, aunque ahora Ihwa es más reservada e intenta ocultar cosas a su madre que, de todas formas, ésta termina intuyendo por ver la expresión en su cara.

Viñeta del cómic "Historias color tierra", de Kim Dong-HwaLa niña ha crecido y se nota tanto en la pequeña distancia que toma con su madre (ahora busca y necesita algo más de intimidad), como en el interés que va cobrando en ella el tema de las relaciones con los hombres, la sexualidad y su forma de relacionarse con el mundo. Se debate entre su moralidad, su deseo y su corazón. De nuevo hay comparaciones con la naturaleza, especialmente con las flores.

Tomo 3. Aquí madre e hija comparten la espera. Tanto el amado de una como el de la otra están fuera y las mujeres permanecen mirando a la lejanía del camino mientras realizan sus quehaceres con la esperanza de un regreso que no saben si se producirá o no. Se nota que la madre es más sosegada, mientras Ihwa desespera y piensa que no debería haber dejado irse al hombre que quiere.

Cuando a Ihwa le toca el turno de irse de casa, la madre siente la soledad de la mujer viuda y de la mujer cuya hija parte del hogar. Está feliz por su niña pero, a la vez, se siente mayor y la casa se le hace grande para ella sola. El final es un buen final.

A lo largo de los tres tomos el autor nos muestra mucho de las costumbres y las tradiciones de Corea. Obviamente, la historia está ambientada en un entorno rural y en un tiempo antiguo, pero hay que agradecer el poder asomarse a otro país y conocer parte de su cultura a través de un cómic que es, indudablemente, una joya. No puedo más que recomendar estos tres tomos que valen cada céntimo que cuestan.