lunes, 14 de septiembre de 2015

La dama de las cavernas no tiene jardín, de Teresa Hernández

Se diría que los globos oculares eran la única parte viva de aquel cuerpo. Estaban prisioneros en un cráneo inmóvil y se movían incesantes recorriendo rápidamente los extremos de sus órbitas, sin perder detalle de lo que ocurría en su entorno.


Portada del libro "La dama de las cavernas no tiene jardín", de Teresa Hernández

Editorial: Babylon

Fecha de publicación: 2014

Páginas: 284

ISBN: 978-84-15565-78-9

Precio: 14,95€ paper-book / 2,95 e-book



SINOPSIS
Verónica es una periodista adicta a los somníferos que no termina de encontrarse cómoda con su vida. Tras la muerte de su tío, llegan a sus manos unas cartas antiguas que le descubrirán aspectos de su madre que nunca llegó a conocer. En la búsqueda de la historia de esas cartas, encontrará su obsesión y el empuje para seguir adelante en los momentos complicados.


AUTORA
(de la web de Babylon)
Teresa Hernández, Doctora en Ciencias Químicas por la UCM, ha desarrollado a lo largo de los años una gran afición por la literatura. Ha sido ganadora y finalista en varios certámenes de relatos y novela, entre los que destacan el I Concurso Internacional de Microrrelatos de la Latin Heritage Foundation y el I concurso mundial de microrrelatos de la Internacional Microcuentista. En novela, combina la comedia con el drama. La dama de las cavernas no tiene jardín constituye el tercero de sus trabajos publicados.


TRAS LA LECTURA
Vuelvo con una lectura de la editorial Babylon, que se está convirtiendo en un sitio al que ir a pescar buenas lecturas y descubrir autores nacionales. En esta ocasión, ha sido una compra en las que me dejo llevar por el momento y no busco mucho sobre el libro en cuestión, más allá de su sinopsis.

He acabado la lectura con un sabor agradable. La dama de las cavernas no tiene jardín es una lectura entrañable, que tiene muchos elementos que me gustan.

Verónica Abad, su protagonista, encuentra su lugar en la vida y su rumbo investigando en el pasado de su familia. Es una novela de autoconocimiento y de superación para ella, incluso de catarsis. Cuando parece que no puede tocar fondo porque ya lo ha alcanzado, baja un nuevo escalón. Es, para mi, el personaje que más llega al lector.
En cuanto al resto, hay secundarios entrañables, como Tasio o Amadeo; pero hay otros que no terminan de enganchar. No caen mal ni caen bien, no nos hacemos con ellos ni los imaginamos, no se sienten como reales. Son el caso del actor, del compañero de trabajo de Verónica o de su amigo malogrado.

La historia que cuenta esta novela es muy bonita. Es lo que salva el conjunto y lo eleva. Es una historia dentro de otra, que tiene otras consigo. Además, la forma de ir conociéndola, poco a poco y a través de distintos personajes y escenarios me parece un gran acierto. Cada uno da su toque personal y el puzzle resulta más rico en matices de esta forma. El ir recorriendo a través del tiempo y las generaciones la pista de las cartas que iban para la madre de Verónica y conocer los pormenores, es lo que te hace mantenerte con interés en la lectura. Y la historia en sí es dura y bonita a la vez, logra provocar sentimientos y queda en el recuerdo.

Lo que no me gusta es la relación de Verónica con los demás personajes. No termina de funcionar. Creo que es porque en ocasiones se explica al lector en lugar de mostrárselo. Por ejemplo, con su amigo el escritor, justo durante su encuentro en la cafetería, se nos va contando todo el cariño que se tienen y lo que Verónica lo admira. Me habría gustado más menos explicación y más palparlo en el diálogo y en la forma de comportarse de ambos cuando comparten escena. También pasa con el actor o su compañero de trabajo. Al principio parece que se llevan bien, luego algo mejor. Pero no vemos la evolución en la interacción entre ellos, sino que se nos dice que es así y, entonces, su comportamiento hacia el otro cambia. De esta forma, resultan un poco impredecibles y no muy reales. No se llegan a sentir cercanos.

¿Recomiendo la lectura? Aunque ha habido cosas que no me han gustado, el conjunto sí que merece la pena y me alegro de haber leído esta novela. El viaje a Cuba y las historias que allí se cuentan realmente te transportan al lugar y a la humildad de sus gentes. La historia de la madre de Verónica te acerca por otra parte a las historias de todos los que vivieron aquella época en nuestro país.

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