martes, 19 de mayo de 2015

Dos velas para el diablo, de Laura Gallego

No me trago que alguien intente matarme solo por diversión. No es que tenga un gran concepto de los demonios, pero sí tenía entendido que están por encima de esas motivaciones tan... humanas.

Portada del libro "Dos velas para el diablo", de Laura Gallego
Editorial: SM

Fecha de publicación: 2008 

Nº páginas: 414

ISBN: 978–84–675–2752–0

Precio: 6,95€



SINOPSIS
Cat, que es la hija de un ángel, recorre el mundo buscando pistas sobre la muerte de su padre. Está dispuesta a buscar al responsable y a cobrarse su venganza. Sin embargo, no sólo hay ángeles que puedan ayudarla; también hay demonios que no querrán ponerle las cosas fáciles.


AUTORA
Laura Gallego (Valencia, España, 1977) es licenciada en Filología hispánica por la Universidad de Valencia. Pronto se lanzó al mundo de la escritura y, a pesar de su juventud, sus obras no tardaron en ser publicadas tanto en nuestro país como fuera de nuestras fronteras y recibiendo numerosos premios por prestigiosas editoriales. También ha preparado algunos guiones en el campo de la animación y fue fundadora y colaboradora habitual de la revista universitaria Náyade.


TRAS LA LECTURA
Lo primero que me sorprendió al empezar el libro es que no parecía de Laura Gallego. Y es que llevo unos cuantos leídos de ella y no me esperaba para nada que el narrador fuera en primera persona. Además, tras unas cuantas páginas leídas, esa no era su forma de escribir, su forma de expresar. Pero claro, un narrador en primera persona implica eso, meterse en la piel del protagonista (la protagonista en este caso) y contar como lo haría ella. Así que bien por Laura Gallego.

La narradora es Cat, una chica de dieciséis años. Su lenguaje es el adecuado, el que corresponde a esa edad. Se me ha hecho totalmente creíble que era la chica quien me contaba la historia. Incluso se conoce la personalidad de Cat por las expresiones que usa, no sólo por la transcripción de sus pensamientos. Usa un lenguaje sencillo pero sin dejar de lado la ironía ni algunos toques de humor.

En cuanto a la historia, ahí sí que he ido identificando a Laura Gallego conforme leía un capítulo y otro. Es una buena historia, sólida y bien hilada con subtramas que se trenzan con la trama principal aportando cada vez más hasta que, sin darte cuenta apenas, te encuentras leyendo el final del libro y pensando, como dijo una amiga, "Laura, lo has vuelto a hacer". Ha vuelto a crear un libro de los que te deja pensando en él al terminar, de los que tienen uno o varios personajes a los que les has cogido cariño y que te dejan ese pequeño vacío que queda tras terminar la última página.

Aunque es una novela para el público adolescente, es disfrutable también para quienes ya no lo somos. Lo que le pasa a Cat en mitad de la historia es algo inesperado y, sin embargo, se antoja la solución más inteligente para una trama en la que las cosas se estaban poniendo difíciles para ella, a tenor del potencial de los otros personajes. 


Se tratan diversos temas, destacando la crítica al efecto del ser humano sobre su entorno, y con gran importancia también en la muerte. Otra de las ideas que subyace es que ni todo es tan bueno, ni es tan malo, que en los extremos también hay matices.

Después de Donde los árboles cantan, que supuso (en mi opinión) un bajón de nivel respecto a lo que espero de esta autora, me alegro de haber leído esta novela, que ha vuelto a hacerme disfrutar de su lectura.

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