lunes, 9 de febrero de 2015

Lo que te cae de los ojos, de Gabriele Picco

Dos grandes ojos de mujer, casi saltones, enmarcados de lápiz negro, y unos labios carnosos como dos cojines que te dan ganas de tumbarte encima de ellos. Eso es lo que ve Ennio en cuanto abre los ojos.

Portada del libro "Lo que te cae de los ojos", de Gabriele Picco

Editorial: Seix Barral

Fecha de publicación: 2011

Páginas: 272

Precio: 5,95€

ISBN: 9788432209260


SINOPSIS
Lo que te cae de los ojos nos lleva de la mano de Ennio, un chico tímido que llega a Nueva York desde Italia, buscando empezar una vida. Trabaja como agente inmobiliario y tiene una peculiaridad: le gusta fotografiar las lágrimas y está convencido de que se puede leer en ellas el pasado de las personas. Quizás tenga esa fascinación por ellas porque él mismo es incapaz de llorar. En la ciudad, conocerá a varias personas que serán sus amigos y lo acompañarán en esos inicios en su nueva vida.


AUTOR
Gabriele Picco es un polifacético artista italiano residente en EEUU que, entre otras cosas, se dedica a la pintura y la escultura.
En el plano literario, Lo que te cae de los ojos, fue su primera novela, con la que cosechó gran éxito.


TRAS LA LECTURA
Lo que te  cae de los ojos es un libro sencillo y bonito. Una de esas lecturas que te deja con un buen sabor de boca, y que sin embargo, también te deja con mucho que pensar. Si tuviera que equipararlo a una película, diría que me ha recordado en ocasiones a Amelié, por ese gusto por los detalles sencillos que ambos comparten.

El lenguaje es sobrio, pero las imágenes que usa y que recrea son muy potentes. Es un libro con un estilo nada sobrecargado en cuanto a vocabulario, pero sí en cuanto a los recursos estilísticos, sobre todo en las escenas que consigue pintar en nuestra mente a medida que lo leemos. El tono empleado a lo largo de la narración es también sencillo, quizás muy inocente, algo azucarado pero sin llegar a ser para nada empalagoso. Y no por tener ese toque ingenuo, naif, deja de tener un par de pinceladas también de ironía y de acidez (pero muy poco en relación a todo el conjunto), que se ven quizás más en algunas descripciones.

Se usa el narrador omnisciente, pero el tiempo verbal es el presente. Esto es de gran ayuda para recrear las situaciones, los escenarios, en los que a veces se nos describe "la fotografía", y luego cobra vida la acción.

Escrito en capítulos cortos (muy cortos), a veces de una página, como mucho de cinco, las páginas pasan sin que nos demos cuenta. Se hace muy ligero y se pueden leer perfectamente de una sentada sus algo más de 250 páginas, algunas de ellas adornadas por dibujos que son bastante importantes en la narración.

Los personajes son grandes protagonistas en este libro, tanto el inocente Ennio, con su incapacidad para llorar y con el enano que vive en su interior; como Kazuko, la chica japonesa que ha escrito una biblia que nadie debe leer; o Arwin, el joven que graba todo lo que pasa con la cámara que lleva en la cabeza. Todos tienen un punto de extravagancia que los hace entrañables. Son sus rarezas las que logran que empaticemos con ellos, aunque no se comporten o piensen como lo podríamos hacer los demás, consiguen removernos esa parte nuestra que sí que le gustaría en ocasiones ser como ellos.

La historia en sí, no es una gran historia, no tiene un gran trasfondo ni demasiados secretos (hay varios, pero son secretos inocentes), ni todo está lleno de gran acción. No es más que el día a día cotidiano de estos personajes que ven la vida a su manera.

Terminando, he de decir que es una lectura que se me ha hecho corta, la he disfrutado y me ha dejado una sonrisa. Muy recomendable.