Donde los árboles cantan, de Laura Gallego García

El Gran Bosque fue testigo de su juramento, y las hojas de los árboles susurraron, movidas por una ráfaga del septentrión.

Editorial: SM

Fecha de publicación: 2011
 

Precio: 14.94€
 

ISBN: 9788467550030
 

Nº páginas: 480

SINOPSIS

Viana de Rocagrís es una doncella enamorada y prometida desde pequeña del joven Robin. Su vida parece discurrir por un camino llano de felicidad, más ahora que su boda está próxima. Sin embargo, el anuncio de una guerra próxima hace que su padre y su prometido tengan que partir con el ejército del Rey, dejándola sola al frente de sus tierras. La guerra cambiará su vida, y la leyenda de los árboles cantores será un rayo de esperanza en los tiempos difíciles que se avecinan.

AUTORA

Laura Gallego (Valencia, España, 1977) es licenciada en Filología hispánica por la Universidad de Valencia. Pronto se lanzó al mundo de la escritura y, a pesar de su juventud, sus obras no tardaron en ser publicadas tanto en nuestro país como fuera de nuestras fronteras y recibiendo numerosos premios por prestigiosas editoriales. También ha preparado algunos guiones en el campo de la animación y fue fundadora y colaboradora habitual de la revista universitaria Náyade.

TRAS LA LECTURA

Laura Gallego es una de mis escritoras de fantasía predilectas. Le he leído grandes libros como los de la saga de Memorias de Idhun, y la de Crónicas de la Torre. Cada una de sus obras es una apuesta segura para mí y, sin embargo, aunque este libro sí que me ha gustado, quizás la expectativa ha sido demasiada.

Donde los árboles cantan es una historia ambientada en el mundo medieval de castillos, reyes, condes y doncellas, en la que la guerra vuelve patas arriba el mundo de unos cuantos personajes, en concreto de Viana de Rocagrís. La historia tiene toques de fantasía y varios detalles originales aunque, como en otras obras de Laura Gallego, lo que más fuerza tiene son los enredos de las subtramas con la principal y la relación del pasado de los personajes con el presente, esa sensación de que las cosas no están así porque sí, sino que son consecuencia de lo que han vivido los habitantes del mundo que se nos expone. En esta ocasión, sin embargo, no me han llegado tanto esta lectura.

Viana, la protagonista es un personaje sólido, que va ganando fuerza y se va desarrollando a lo largo de la historia, que se gana la simpatía del lector, aunque a veces tenga un comportamiento demasiado obstinado. Uri funciona bastante bien como secundario pero, por contra, se le adivina quizás antes de tiempo su rol en la historia, se desvela ante el lector su origen misterioso antes de que se haga de forma explícita en el libro. Lobo estaba llamado a ser el gran secundario, el que se hace entrañable e inolvidable compitiendo con la misma protagonista pero, aunque empieza bien su rol como mentor, poco a poco va desvariando en un comportamiento tan avinagrado y árido que da a entender que siente más desprecio que aprecio por la que se supone su protegida. Dorea queda a medio gas (también podría haber sido más) y Robian entra y sale de la historia sin terminar de definirse demasiado. Otro punto débil en cuanto a personajes lo encuentro en los "del bando malo". No termina de verse un carisma especial en el jefe de los bandidos, ni siquiera en el brujo, dos figuras que podrían haber dado más de sí.

La lectura es muy ligera y se nota la buena mano de la autora, una pluma ya curtida y con recursos. No llega a haber ningún momento aburrido, aunque sí que haya partes más emocionantes que otras, ciertos altibajos. Lo que sí he sentido es cierta descompensación en el tono. Hay veces en el que la narración se me hacía un poco ingenua, con un toque juvenil tirando hacia el infantil y, en otras ocasiones, la dureza de los hechos hacían que fuese un juvenil más cercano hacia lo adulto.

El final del libro si es "un poco más Laura" que el conjunto en sí. Ese último capítulo consigue cerrar y alargar un poco más la historia y tiene emotividad por sí mismo. Quizás no es de lo más original, pero consigue llegar y eleva un par de puntos la lectura. Deja con un buen sabor final.

¿Lo recomiendo? No es un mal libro, y puede gustar por sí mismo, pero los más fieles de Laura seguramente sientan que no es su mejor libro. Aún así, sigue siendo una lectura que entretiene y se lee fácil.