lunes, 28 de mayo de 2012

Adolfo y sus monstruos, de Joaquín Rosado Martel

como ese bichejo asqueroso que me mira fijamente: viéndole la cabeza se podría pensar que es un pájaro (un aguilucho o algo así) pero tiene alas de ángel y un cuerpo parecido al de las cucarachas, pero lleno de bultos y heridas supurantes. Me da mucho miedo, aunque solamente me mira mientras se frota las patas.


Portada del libro Adolfo y sus monstruos

Editorial: Grupo AJEC

Fecha de publicación: 10/2007

Nº páginas: 68

ISBN: 978-84-96013-43-8
Precio: 9€




SINOPSIS
Adolfo está muerto. En el vecindario corren rumores sobre las causas de su muerte, pero sus padres prefieren ignorarlas y publican este libro que no es más que el contenido de los diarios que el niño escribía.
En ellos se puede ver el gran mundo interior de Adolfo y a la vez sirven para arrojar algo de luz sobre su comportamiento y lo que vivió antes de morir. 


AUTOR
Joaquín Rosado Martel (1982, Vélez-Málaga) es licenciado en Bellas artes por la facultad Alonso Cano de Granada, ciudad dónde reside. Actualmente alterna estudios de animación digital con su labor de ilustrador, tanto free-lance como en proyectos personales de libros.


TRAS LA LECTURA
Adolfo y sus monstruos es un libro que se podría catalogar (si, tenemos la manía de etiquetarlo todo) de terror infantil.
Es bastante corto, pero tiene su enjundia. Al estar escrito en primera persona, en todo momento reflejando los diarios que Adolfo escribía, conocemos de primera mano las sensaciones del niño. De esta forma podemos saber qué extraños seres ve Adolfo, a qué juega con ellos y qué le dicen. Sus padres no podían saberlo, sus padres sólo le regañaban por hablar o reír solo.

dibujo contenido en Adolfo y sus monstruosEn cuanto al formato, es el de un bloc, y las páginas tienen sus rayas horizontales típicas de libreta, de forma que realmente parece que estás leyendo la libreta del niño. El tipo de letra usado es uno que imita la escritura manual también, así que no se puede pedir más a la edición del libro, que es impecable.

Cuatro esquinitas
tiene mi cama,
y hay cuatro monstruos
que de noche me aguardan