lunes, 28 de noviembre de 2011

La venganza es dulce y además no engorda, de Gervasio Posadas

La verdad es que a los tíos que van por la vida de miradme-soy-la-hostia no los trago, y éste parece el rey de los capullos...

La venganza es dulce y además no engorda es un libro en clave de humor de Gervasio Posadas que viene presentado por una imagen de un pastel con una mecha encima. Una sutil fotografía que invita a pensar que aunque la venganza sea dulce y no engorde, como dice el título, sí que puede reventarnos en la cara.

Portada del libro "La venganza es dulce y además no engorda"

Editorial: Espasa
 
Fecha de publicación: 07/05/2009

Nº páginas: 330
ISBN: 978-84-670-3171-3

Precio: 5.95€

SINOPSIS
Leandro Expósito es un hombre medio del país. Tristemente vive lo que muchos también en esta época. Despedido de malas maneras de su anterior empresa y con más de cuarenta años, no tiene más remedio que aceptar un trabajo cutre que apenas le da para echar el mes.
Preguntándose cómo ha llegado hasta esa situación y con la idea y la esperanza de mejorar aunque sea un poco, saca dinero de dónde no lo tiene y se apunta a un máster de gran prestigio que espera le sirva en su currículum o al menos le haga conseguir contactos entre los empresarios que también acudan allí.

La sorpresa salta cuando se da cuenta de que uno de sus profesores, es el simpático "cabronazo" (y perdón por lo de simpático) que tuvo que ver con la situación tan pésima en la que se encuentra. A partir de ese momento la rabia se apodera de él y cada día es impulsado por una fuerza nueva: las ganas de vengarse sea como sea.

AUTOR
Gervasio Posadas (Montevideo, Uruguay, 1962) ha trabajado durante muchos años en el mundo de la publicidad. En 2007 publicó su primera novela, El secreto del gazpacho, una sátira urbana en la que pone en solfa los manuales de autoayuda, los bestsellers esotéricos y el mundillo publicitario.
Junto a su hermana Carmen Posadas, es autor de Hoy caviar, mañana sardinas (Premio Sent Soví de Literatura Gastronómica 2008). Además colabora como columnista en varias publicaciones.

MI OPINIÓN
La venganza es dulce y además no engorda es un libro que se me presentó (y se presenta a sí mismo en su contraportada) como una historia cómica y divertida, y aunque no le tengo mucha fe a los libros de humor, pues no me suelen hacer reír tanto como pretenden, sí que pensé que al menos una o dos risas me podría echar con él y a la vez me hacía con una lectura ligera y barata.
Hay que decir que en el tema humorístico lo siento, pero a mí me ha defraudado. Apenas dos o tres situaciones que me han hecho sonreír, pero menos de lo que esperaba (sigo encontrándome con que libros que no pretenden ser de humor me sacan carcajadas más que los de éste género). Aún así no puedo decir que sea malo (ni tampoco muy bueno), pero sí es un libro medio.

A pesar no hacer reír demasiado, la lectura no es aburrida para nada, y el tono es en todo momento desenfadado y muy muy cercano. El protagonista, Leandro Expósito, se hace enseguida con la simpatía del lector, a veces por su carácter, a veces simplemente por la pena que da su situación. El hecho de transcribir tal cual los pensamientos que pueda tener Leandro y hacer que éstos sean los que cualquiera en su situación podría tener, contribuye al tono desenfadado que marca toda la narración. Junto a capítulos cortos, de alrededor de 10 páginas, todo esto hace que no duren mucho entre las manos las 330 páginas de las que consta y que aunque no llegue a emocionar o a enganchar, tampoco llega a aburrir. Es la sensación que se me queda, es un libro que cumple. Sin más.

El tema de la crisis por desgracia está de completa actualidad y sí que en ese aspecto me ha gustado el enfoque del libro. Un personaje que la sufre de lleno y que además ha vivido con otro de los problemas que tenemos en este país (creo que en el mundo entero), y es el de la corrupción y el "todo vale" para algunos, presentado en la mano negra de la que Leandro se queja una y otra vez que tuvo en su anterior trabajo y que lo hizo terminar con una mano delante y otra detrás.

El ver cómo se comportan los empresarios y cómo actúan con las empresas y su forma de verlas como meros entes con los que ganar dinero donde lo que más importa es el beneficio y lo que nada importa (ni mínimamente) es la gente que trabaja ahí, donde si para ganar un poco más hay que arruinar a alguien, se hace sin miramientos; está muy bien escenificado en el libro y además de forma muy creíble y realista.
Los personajes también soy muy cercanos, no sólo el protagonista, sino los secundarios. Cada uno puede ser una de esas personas que nos cruzamos un día cualquiera por la calle y cada uno tiene su carácter definido y muy bien implantado.

Leandro en sí, con sus cuarenta años y viviendo aún con su madre, aunque de pena, es tan creíble que da que pensar. Sus intentos por aparentar que su situación es distinta y la mediocridad que transmite es también algo de lo que estamos llenos. A pesar de su situación, es un personaje muy vivo e imaginativo, se le admite que está en una situación por debajo de las capacidades que tiene, y su simpatía salva la historia y la lleva hacia delante bien llevada.
Si se quiere profundizar un poco más, también en algún punto del libro, a partir de cuando Leandro decide que tiene que vengarse de una forma u otra, se puede plantear al lector la duda de si es posible la venganza cuando el "enemigo" es bastante más poderoso que el vengador. Si merece incluso la pena el esfuerzo de que la hormiga le pegue un bocado a un elefante que parece que ni siquiera lo va a notar. Conforme se lee, hay veces en las que se tienen ganas de que le haga la jugada y si no puede hacerle una grande, al menos deje en ridículo al pez gordo, pero otras veces nos podemos plantear si no sería mejor olvidarse del pasado, seguir adelante y quizás incluso aceptar las reglas del juego y acercarse al pez gordo para sacar el mayor beneficio posible.

Todo esto, aunque no está planteado explícitamente en el libro, sí que se deriva del comportamiento de los personajes. Quiero decir, que leyendo no nos vamos a aburrir en ningún momento con reflexiones profundas ni mucho menos, pero sí que se nos deja la iniciativa para hacerlo personalmente, se plantean estas dudas aunque no se lleguen a desarrollar (no hubiese sido oportuno en un libro que pretende ser de humor).
Para ir terminando, diría que este es una lectura ligera que entretiene sin llegar a cansar en ningún momento. Una comedia ligera para mi punto de vista, pero nunca una historia de humor al uso. Aún así, al precio que tiene, no me arrepiento de haberlo leído a la par que he ampliado miras en cuanto a las altas esferas y al mundo empresarial.

Teniendo claro lo que hay, que cada cual decida si le apetece o no ver qué tipo de venganzas idea Leandro, qué le pasó en su anterior empresa y sobre todo, si consigue o no llevar a cabo sus planes.

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