lunes, 2 de julio de 2018

La niña silencio, de Cécile Roumiguière y Benjamin Lacombe

La alondra ha caído al suelo. Impotente, el cielo violeta arroja fríos relámpagos.

Portada del libro "La niña silencio", de Cécile Roumiguière y Benjamin Lacombe

Editorial: Edelvives

Fecha de publicación: 2011

Nº páginas: 24

ISBN:  978-8426381811

Precio: 7,5€




¿DE QUÉ VA? (texto de la contraportada)
La niña silencio se ha quedado sin palabras. Vive en la guaridad de los lobos y nunc adice nada, hasta que un día, por fin, las palabras fluyen y liberan su historia.
Un libro conmovedor que aborda de manera simbólica y delicada el difícil tema del maltrato infantil.


¿QUÉ ME HA PARECIDO?
Pues me toca hablar de decepción. Esperaba más de un libro ilustrado que me ha sabido a poco. Pero porque no hay más.

Entre los puntos positivos cabe destacar a Benjamin Lacombe, que tiene un estilo dibujando que me gusta mucho y, para mí, sube el nivel de cualquier obra en la que aparece. Su estilo, de atmósfera algo oscura le viene genial a la historia de La niña silencio (por cierto, qué título tan bueno), ya desde la portada en la que se ve a esa niña solitaria en un columpio rodeada sólo de pájaros. Lacombe es garantía de ilustraciones en las que recrearse y, en esta ocasión, no ha sido menos.

La historia en sí tiene un planteamiento bueno pero se te queda la espina de qué pasaría si se hubiera desarrollado más. Se queda en la anécdota, en el inicio y no intenta siquiera asomarse a la profundidad del personaje tan atractivo que tiene, esa niña que pide a gritos que se ahonde en su interior pero que al final no deja de ser una excusa para esbozar una historia. Y digo esbozar porque es en lo que se queda todo, en un boceto con buenas maneras que se nos quiere vender como algo terminado y sólo tiene un final que parece hecho con prisas.

No me ha quedado buena sensación a pesar de todo lo potencialmente bueno que tiene este libro. Ilustraciones, buena idea, buena narración inicial y un gran personaje. Da pena ver esos ingredientes desperdiciados en un final que se construye y resuelve en las dos últimas páginas de una forma que ni busca la sorpresa, ni el giro, ni nada que aporte algo de sal o pimienta. La historia de la niña silencio queda clara, sí, pero parece más bien que la protagonista no era más que una excusa para hacer un libro con bonitas ilustraciones, en lugar de, como me habría gustado, que el libro sólo fuera una excusa para contar una gran historia.

Quizás me podría valer la simpleza con la excusa de que está dirigido a niños de 10 a 12 años. Pero aún así no me sirve, ya que emplea un estilo con metáforas que parecen más bien dirigidas a un público algo mayor.

Me pareció barato cuando lo vi, teniendo en cuenta el precio que suelen tener los libros ilustrados por Lacombe, y al terminar su lectura puedo decir que no lo es tanto ya que ofrece poco más que el trabajo de Lacombe. Este libro (o álbum ilustrado, como lo vende la editorial), con dibujos de otro ilustrador dejaría bastante que desear. La sinopsis ya cuenta la mitad de la historia y poco más queda que descubrir en las letras del interior. Es cierto que son sólo 24 páginas, pero he leído otros libros ilustrados cortos mejores que este (como Piensa en otra cosa).

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