lunes, 25 de junio de 2018

Sibilla. Hija del viento, de Sergio R. Alarte

A mi me llaman Jhon McCardygan, aunque también se me conoce como el Matasanos. No hay nada que no pueda arreglar, ni estropear, ¡según se me pida!

Portada de "Sibilla. Hija del viento", de Sergio R. Alarte

Editorial: Kelonia

Fecha de publicación: 2018

Páginas: 180

ISBN: 978-84-948029-0-4

Precio: 8€




¿DE QUÉ VA?
Sibilla es una voladora, una raza marcada por su dominio del aire, sus costumbres y el orgullo de su pueblo. Las circunstancias hacen que se encuentre fuera de su tierra y rodeada por un grupo de aventureros de lo más peculiar a los que les debe mucho. Sus camino se unen en un camino lleno de peligros y cuentas pendientes.


¿QUIÉN LO ESCRIBE?
Sergio R. Alarte es redactor y corrector para varios medios escritos. Ha publicado diversos relatos en antologías consiguiendo premios con ellos. Tras El yelmo del caballero (2011), Butterfly (2015) es su segunda novela a la que siguió Sibilla. Hija del viento (2018).


¿QUÉ ME HA PARECIDO?
Èpica, sería la primera palabra que me viene a la cabeza. Porque es un libro que la destila en cada una de sus pequeñas páginas (es un formato A6).

Sibilla tiene una historia que no es sorprendente (un personaje repudiado por los suyos que intenta buscar su lugar en el nuevo mundo que se abre ante sí), pero sí engancha por su ritmo y sus personajes.

Al principio la narración es algo más lenta pero, en cuanto conocemos un poco al personaje principal y el por qué de la situación tan desesperada en la que se encuentra, el ritmo coge otra marcha más rápida y ya no nos deja despegarnos de las letras hasta saber qué es lo siguiente que va a pasar.

El personaje de Sibilla crece sin duda, desde la niña que empieza siendo hasta alguien que debe recomponerse de una gran pérdida y un dolor tanto físico como interior. El resto aparecen como algo estereotipados pero también muestran sus matices y nos hacen querer saber cosas de ellos que finalmente no se desvelan (Ymed, lejos de ser un bárbaro bruto, se presenta como un personaje muy itneresante; Jhon tiene una personalidad que da mucho juego y estaría bien conocer la historia que guarda hasta juntarse al resto; mientras que Lizia seguro que tiene mucho que contar, no sólo de sí misma, sino de las mentes con las que ha compartido espacio).

En cuanto a las razas, genial la recreación del pueblo alado, con sus normas y su forma de vida, al igual que la historia que se esboza de los bárbaros. No se cuenta mucho (es un libro corto), pero se intuye un mundo muy rico en culturas e historia. Transmitir esa riqueza de matices en pocas páginas y mientras se cuenta la aventura principal muestra, sin duda, la buena mano del autor.

Hay momentos en los que la narración se acerca a la de una aventura de un juego de rol, con tan variopintos protagonistas. Por ponerle algún pero, simplemente diría que el final da la sensación de ser un poco brusco, si bien es un final bueno y deja una frase que queda para el recuerdo.

En definitiva, me alegro de haber leído esta obra y, aunque quede la sensación de que es demasiado corto, aplaudo el formato y pido, por qué no, más aventuras de la Compañía o de algunos de sus personajes antes o después de formar parte de ella.


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