lunes, 4 de julio de 2016

Ácronos 4. Antología steampunk, de VVAA

El autómata no era ninguna maravilla. Escribía con una mano, y con la otra regulaba la luz de gas de la lamparita que tenía sobre la diminuta mesa sobre la que simulaba trabajar.


Portada del libro "Ácronos 4", de VVAA

Editorial: Tyrannosaurus Books

Fecha de publicación: 2016

Páginas: 334

Precio: 18€ edición en papel / 3,99€ edición ebook

ISBN: 978-84-944756-9-6



SOBRE ÁCRONOS
Ácronos, que se encuentra ya por su cuarta entrega, son una serie de antologías que surgió de la mano de Josué Ramos y Paulo César Ramírez cuando se propusieron dar impulso a la literatura steampunk en castellano, y se dispusieron a recopilar relatos de dicha temática. Tyrannosaurus Books apostó por ellos y Ácronos no sólo se convirtió en realidad, sino que ha sido capaz de reinventarse y demostrar que los autores hispanohablantes tenían y tienen mucho steampunk que contar.


TRAS LA LECTURA
La antología Ácronos evoluciona desde su primer número, con puro steampunk, hasta este cuarto en el que podemos encontrar también clockpunk, dieselpunk y greenpunk. Josué Ramos y Paulo César Ramírez nos traen diez historias con sonido a engranaje.

Zugunruhe (de Josué Ramos). Con este nombre tan particular, que no conocía y que me ha encantado descubrir su significado (no, no voy a ponerlo aquí, creo que es mejor buscar el significado una vez leído el relato para disfrutar de ese plus tras la lectura), encontramos el primer relato. Una historia ambientada en otros planetas (quizás en otra galaxia), con unos protagonistas muy peculiares y que sorprenden. Sorprende la imaginación del autor, la explicación que le da al vuelo de las aves, que me ha resultado muy bonita, y cómo esto choca con una realidad que es bastante cruda (hablo de la realidad del relato). Es una historia que te deja con ganas de más, de saber por qué ese final, qué pasará más allá con el personaje que dejamos al llegar al punto y final. Muy buen comienzo.

Proyecto S.W.I.F.T. (de Araceli Rodríguez), es un relato que ha conseguido sorprenderme también positivamente. A destacar la capacidad de la autora para recrear un mundo ficticio de forma que el lector se mete en él sin dificultad. Es, además, un mundo que tiene algo de magnetismo, que atrae mientras lees y quieres saber más. La historia que se desarrolla da la sensación de ser algo más grande de lo que vemos, es decir, una historia que se podría haber desarrollado en mucho más espacio y casi formar parte de una novela aparte. Sin embargo, tal y como está contada, entendemos los pormenores a la perfección y también es muy disfrutable.

¡Muerte a Rasputín! (de Marian Womack), presenta un relato quizás más clásico. Ambientado en Inglaterra y a salto entre el futuro y un pasado muy streampunk, presenta una historia muy sólida y a la que no le he encontrado fisuras. Las acciones de ambos tiempos avanzan a la par y se complementan perfectamente de forma que sólo quieres leer más y más. Me ha gustado bastante el personaje de Dorothea, que se hace muy cercano.

La sonata de Moebius (de Alejandro Morales Mariaca), es quizás uno de los dos relatos que me han parecido menos steam de la antología. Más cercano a la ciencia ficción, narra, sin embargo, una historia bastante interesante. El ritmo se resiente un poco cuando llegan las explicaciones, pero no tanto como para echar por tierra una buena narración futurista ambientada en el espacio. Tiene un final que deja la posibilidad al lector de imaginar qué pasará, y de pensar que ojalá la historia hubiese continuado un poco más.

Los espejos del rey Sol (de Gloria T. Daudén) nos traslada al mundo aristocrático de una corte francesa. Es un relato que poco a poco va perfilando a sus personajes y, a través de ellos, nos cuenta una historia de lucha política entre un poder totalitario y un pueblo hostigado. Los sentimientos de los protagonistas enmarcan la narración que, en Livia y Hugo tiene a la voz de los humildes, mientras que en los demás encuentra un aire aristocrático muy bien llevado. Un relato muy correcto, lleno de intrigas aunque sin grandes sorpresas, que fluye y se deja leer con curiosidad. Una vez más, admirable la forma en que se ha construido un escenario que el lector siente como vivo, como real.

Damocles (de Armando Valdemar) mantiene un aire épico y de batalla en casi todo el relato. Aunque es la parte en la que se concibe a Damocles la que más me ha gustado y me ha mantenido pegado a sus letras, el resto logra una gran ambientación. El autor describe con soltura las escenas de acción logrando que se visualicen con facilidad.

El sueño del Búho rojo (de Giny Valrís) es una historia greenpunk muy onírica. Presenta una sociedad postapocalíptica que se mueve entre dos mundos. Está conseguida la sensación brumosa en la narración, las dos realidades que se funden con los sentimientos de la protagonista quedando algo muy definido y característico. Me ha gustado particularmente una escena en que la protagonista encuentra a un ser que ella cree que es un dios. Es también notable cómo, sin hacer grandes descripciones, la sociedad que la tribu protagonista compone queda descrita para que el lector comprenda sus reglas y forma de vida.

El templo del sueño (de Laura Ponce) empieza contando la historia de tres amigos para ir poco a poco centrándose en una de ellos, que queda como protagonista. Me ha sobrado quizás la introducción inicial, que podría suprimirse o quizás ir al final del texto, una vez que conocemos más el ambiente donde se desarrolla todo. La historia es, como otras de Ácronos, algo que da la sensación de que podría ser más extenso. De hecho, creo que hay episodios que se podrían haber contado con un poco más de pausa, pero imagino que la restricción del formato relato hace que haya que acelerar el ritmo para contarlo todo en el espacio del que se dispone. Termina y te deja buena sensación, pero podrías haber seguido leyendo sin problema una novela entera y también quedaría buen sabor de boca. En definitiva, una buena historia centrada en una especie de fortaleza que es escuela del desarrollo de habilidades extraordinarias.

Las otras aves (de Héctor Gómez Herrero) está muy bien escrito. El escenario es una ciudad decadente que consume sus recursos y malvive como puede. Sus líneas e incluso varios de sus personajes transmiten nostalgia. Es como si fueran gentes que se mantienen esperando su oportunidad para dar su gran golpe kamikaze final y morir con dignidad, brillar como en sus mejores tiempos antes de que todo acabe. El mensaje final que deja el protagonista es bonito y triste, como toda la historia, con aire a melancolía.

Ailurópolis (de Paulo César Ramírez Villaseñor) es el otro relato, junto a La sonata de Moebius, que menos steam me ha parecido. En un escenario en el que el ser humano es casi una leyenda, otros seres forman la sociedad. El relato es ingenioso y simpático a la par que interesante. Una historia policíaca, de mafia y contrabando, se va desgranando a medida que, de la mano de un famoso locutor de radio, vamos conociendo el lío en que se ve envuelto casi sin quererlo.


Termino la lectura de los relatos pensando que el prólogo lleva razón: quizás no es tan steampunk, quizás explora otras vertienes punk y se ha alejado un poco de cómo comenzó la idea de Ácronos. Pero, aunque sea así, es verdad que explorar otros terrenos, otros punk (dieselpunk, greenpunk...) le sienta muy bien a la antología y que es de admirar la manera en que sus autores son capaces de crear mundos complejos y encajarlos en relatos que te tienen pensando en ellos incluso días después de acabada su lectura. Ácronos 4 merece mucho la pena.

2 comentarios:

  1. Me ha encantado tu reseña sobre el libro. Adoro el steampunk y los retrofuturismos y has desmenuzado muy bien la antología (sin destripar nada vital).
    Si te ha gustado Ácronos 4 te recomiendo el volumen 3 de Ácronos (multicultural) a mi me gustó mucho más que el 4, se me hizo más ameno y más entretenido el 3.
    Un abrazo y nos leemos.

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    1. ¡Gracias por comentar! ^_^
      La verdad es que después de leer Ácronos 4, sí que me han quedado ganas de seguir con Ácronos. Más aún tras tu recomendación del número 3 (voy para atrás, jaja).
      Seguramente no tarde mucho en leerlo :)
      ¡Un abrazo!

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