martes, 17 de noviembre de 2015

Ojos de circo, de Jesús Gordillo y Javier Martos

De ese modo mágico en que la mente de un niño dibuja amigos invisibles, tras las retinas de Nicholas todo se tenía de vieja lona estampada y un redoble de tambores.



Portada del libro "Ojos de circo", de Jesús Gordillo y Javier Martos

Editorial: Tyrannosaurus Books

Fecha de Publicación: 05/2013

Páginas: 266

ISBN: 978-84-941020-6-6

Precio: 14,95€ paper-book / 3,99€ ebook


SINOPSIS
La historia de Nicholas Campbell es la de un hombre con una sensibilidad peculiar y unas capacidades psíquicas y mentales extraordinarias, que cae en el seno de una familia que le corta sus alas. Desde sus primeros años, su vida es una lucha en la que, con el tiempo, aflorará su personalidad, aunque marcada por sus vivencias y el entorno en que creció.


AUTORES
Jesús Gordillo es un escritor español nacido en Badajoz en 1978. Ha ganado varios certámenes literarios y publicado relatos en diversas antologías.

Javier Martos es escritor y traductor, nacido en Sevilla en 1982. Ha publicado relatos en antologías como El libro de los monstruos, Antología Sweet Dreams o Fantasmas, Espectros y Otras apariciones.


TRAS LA LECTURA
Nicholas Campbell es circo. Esa podría ser una definición exacta y muy simple de un protagonista que guarda una gran complejidad en sí.
Ojos de circo nos cuenta la historia de la vida de Nicholas, desde pequeño, hasta su etapa adulta. Y esto es necesario para entender al protagonista, para ver la evolución también del circo en sí mismo.

Cuando es un niño, Nicholas ve la pureza del circo, su magia, su espectáculo. Incluso, lleno de inocencia y empujado por un hecho fortuito, llega a creer que su vecina ha desaparecido debido a tal magia. Ya desde esta etapa empiezan los roces con su familia, que tiene una visión mucho más realista y marcial de la vida. Para los Campbell el mundo no es circo, es sacrificio, guerra, el honor logrado en ella y es, sobre todo, disciplina.

El joven protagonista lucha por su pasión, primero con la inocencia de la niñez y luego con el ímpetu de la adolescencia y la juventud, pero siempre topa con el firme y férreo muro de su apellido y su estigma, los Campbell. Ni sus hermanos ni su madre, todos sometidos a la visión de la vida del padre, son capaces de protegerlo ni entenderlo. Y, aún así, Nicholas se habría salido con la suya de no venir un nuevo muro a ponerse en su camino: la guerra.

Con la obligación de convertirse en soldado, todo su mundo y sus expectativas circenses se ven apartadas, aunque no por ello olvidadas. Incluso en la realidad de la guerra, el protagonista es capaz de ver el espectáculo. Aunque ahora es distinto, no está tan cargado de magia y sí un poco más de la perversión de los hombres.

Y es en esta etapa, tras la guerra, esa experiencia que en cualquier ser humano causa un antes y un después definitivo, cuando Nicholas decide entregarse al circo plenamente. Y, cuando el circo no le da lo que le ofrece, entonces decide darle él al circo su propia esencia y crear algo único y espectacular de verdad. Nada de artificios ni manchas burocráticas que pone el hombre en todo. Comienza la etapa más oscura del protagonista, y a la vez la más feliz para él.

Ojos de circo nos habla de una afición convertida en profesión y, más tarde, obsesión. Quizás en adicción, ya que los "chutes" de circo son los que mantienen en marcha a un Nicholas que se ha abandonado de la vida y sólo vive para la próxima actuación. Es su forma de escapar de la realidad o, más bien, de sí mismo, de un pasado en el que ha sido rechazado y se le ha negado su visión del mundo para imponerle otra mucho más dura.

Encontramos también el tema de la influencia familiar y de la importancia que se le da a la opinión social frente a la opinión personal. Vemos cómo se anula en el seno del hogar la posibilidad de que Nicholas sea diferente a lo que se espera de su apellido, cómo se le niega la posibilidad de que se sienta realizado y se pone su felicidad al servicio de su reputación.

La búsqueda del lugar de cada uno también se ve en ese circo final en el que el protagonista participa junto a otros personajes que, si bien se habían fusionado con la sociedad, se puede pensar que si aceptan unirse al circo no es por dinero, sino por la oportunidad de mostrar quiénes son y de encajar en la sociedad, de que sus diferencias los hagan parte de los demás encajando y ofreciendo sus particularidades.

El desarraigo de la persona una vez que cumple sus sueños, o el riesgo de jugárselo todo a una carta que, una vez ganada, no era tanto como esperábamos es otro de los temas del libro. Hay varios aspectos que nos complementan como personas. A Nicholas le falta el amor, aquel que dejó en su infancia, tanto el de su familia como el de su vecina, esa niña con la que jugaba al circo. Esa carencia afectiva, inclina todo más hacia el circo, de forma que si no hay circo, hay vacío. Y con ese vacío llena la degradación del personaje, su época más oscura.

¿Recomendable? Mucho. Nicholas es uno de los personajes mejor construidos que he leído últimamente, y logra contagiar al lector de su entusiasmo por el circo. La historia es entretenida y la forma de contarla hace que se lea fácil.

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