lunes, 11 de mayo de 2015

Hotel Iris, de Yoko Ogawa

Yo pensaba que si la diosa del arco iris se dignaba visitar el hotel, aunque fuera para hospedarse en un rincón, incluso el niño de la fuente dejaría de tocar el arpa con ese aire de desolación.


Portada del libro "Hotel Iris", de Yoko Ogawa

Editorial: Ediciones B

Fecha de publicación: 2010

Páginas: 200

ISBN: 8466609008

Precio: 14,99€ paper-book



SINOPSIS
Mari es una joven que trabaja en el hotel Iris, propiedad de la familia. La chica apenas ha salido del hotel, vigilada por una severa madre que está volcada en el negocio. Todo cambia cuando conoce a un cliente que tiene un altercado con una prostituta en el Iris.


AUTORA
Yoko Ogawa estudió Arte y Literatura. Ha obtenido diversos galardones literarios con sus obras. Destaca por su lenguaje minimalista y su habilidad para crear atmósferas inquietantes.



TRAS LA LECTURA
Me sorprendió que la persona que me dejó este libro, que no suele leer erótica, lo tuviera en su estantería. Sin duda debía de ser por la autora, ya que el mundo japonés sí que le atrae. En casa ha pasado bastante tiempo sin que le diera la oportunidad, ya que no me gusta el género erótico y mi lista de lectura es bastante grande. Sin embargo, por no conservar el libro demasiado y devolverlo, ha terminado de llegarle su momento.

Tras leerlo sigo pensando igual: no  me gusta la literatura erótica. En este caso es inusual, y me ha recordado algo a las famosas 50 sombras de Grey (aunque no lo he leído, sí que me tocó ver la película), por la relación de sus protagonistas. Es una relación bastante inusual ya desde la naturaleza de los personajes: una joven y un hombre mayor, que le saca casi cuarenta años.

Reconozco que ha habido algún momento en que he pensado en dejar la lectura, a pesar de lo poco que me gusta que se me queden a medias los libros. Y es que no me gusta ni me atrae leer cierto tipo de cosas y la relación que se presenta en el libro puede parecer bastante insana en algunos momentos. Llenos de momentos que separan lo sentimental con lo sexual entre los personajes. Comparten sentimientos de ambos tipos, pero sus relaciones en cada campo son bastante distintas, como si se transformasen en personas diferentes.

Si he seguido con la lectura, aparte de porque el libro es corto, ha sido también por el buen hacer de la escritora. Yoko Ogawa tiene esa mano que hasta el momento sólo le he leído a los autores asiáticos. Esa extraña sensibilidad por los detalles que logra crear a partir de detalles cotidianos y pequeños tanto la atmósfera del lugar donde se desarrolla la escena como la personalidad o sensaciones de los protagonistas en ella.

Me siento en contradicción. No es un libro que recomendaría. No me gusta su historia. Sin embargo, sí me ha gustado la forma de contarla y la prosa delicada que usa.

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